Cualquier cajonera, despensa, vitrina o librería que no esté correctamente anclada a una pared supone un peligro para los pequeños. Cuando están aprendiendo a caminar, usan lo que encuentran a su paso para apoyarse y erguirse o, incluso, trepar. En estas etapas, los muebles y las sillas se vuelven peligrosas. Por eso, es importante minimizar este peligro anclando a la pared todo lo que te sea posible.
Presta atención también a las esquinas demasiado angulosas. Cúbrelas con protectores de silicona o plástico para evitar golpes.